Aún recuero la cara de un viejo conocido cuando le propuse tener un blog dentro de la web de su empresa. Era una mezcla de incredulidad y entusiasmo ante la idea de ofrecer algo nuevo y diferente. Al final no pudo ser, pero me asombra conocer casos como el de punto.naranja (visto en loogic), una bitácora de una empresa familiar que vende naranjas por internet, porque me siguen pareciendo una excepción.
Este tipo de emprendedores me gusta, porque no le tiene miedo de adaptarse a las nuevas posibilidades, incluso en un trabajo tan olvidado como necesario: la agricultura. Antoni Gimeno utiliza además recursos gratuitos (GooglePages y WordPress.com) para explicar y promocionar el negocio familiar, potenciando su oferta con el feedback casi inmediato que ofrece internet. Y se ve que está teniendo cierto éxito y hasta propone campañas originales como la de regalanaranjas.com, donde se puede personalizar la variedad de fruta y el empaquetado del regalo.
Si las ventajas de esta promoción están claras, ¿por qué hay tanta antipatÃa hacia este medio? ¿Por qué rechazar la posibilidad de que el cliente de su opinión de forma directa?